Entrevista a Emma Sánchez Ruiz, responsable del proyecto Integra en la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado.
¿A qué se dedica la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado?
La asociación se dedica a visibilizar y dar apoyo a todo el colectivo que sea susceptible de solicitar protección internacional. personas en el tema d’acollida, justamente cuando acaban de llegar a Barcelona y quieren solicitar protección internacional por los motivos X y que han decidido emigrar de su país. A parte, intentan defender los derechos humanos y los derechos de las personas inmigrantes aquí en Barcelona.
¿Cuál es tu responsabilidad en la asociación?
Mi responsabilidad es trabajar para el proyecto integra que da atención a aquellas personas que han sido denegadas de asilo pero son víctimas de tortura. Este proyecto surge a partir de ver la cantidad de denegaciones que existen, y todo el proceso de solicitud de una persona que quiere pedir asilo, dependiendo del país, de la situación, puede variar mucho en el tiempo, se puede alargar mucho o no.
¿Cuántas personas atienden durante una año? ¿Cómo las atienden o qué programas tienen abiertos?
En el proyecto integra se atienden unas 70 personas cada año, que pasan por las 3 fases: atención jurídica i servicio jurídico, que pasen por la asociación Exil, es una posibilidad, no es obligatorio. La gran mayoría vienen muy tocados y siempre se les destina a servicio psicológico, porque muchos vienen muy tocados sentimentalmente, y luego la otra parte es la búsqueda de trabajo y inserción laboral.
¿Cuál es la situación de los refugiados en Barcelona?
Cuando una persona pide asilo tiene unos derechos, entre ellos está el que se le debe dar un NIE, en el cual tiene el permiso de residencia, esa persona no esta irregular, está en una situación especial hasta que se valore sus motivos. Eso dura unos 6 meses y en los siguientes 6 meses si no le han dicho nada ya consigue un permiso de trabajo, tiene nuestros mismos derechos.
Cuando a una persona se le deniega el permiso, pierde todos esos derechos, automáticamente. Se le cancela el permiso de trabajo y de residencia. Pasa a ser muy vulnerable porque se quedan sin ingresos y sin piso. Hay que recordar que en el estado Español más del 80% de las demandas de asilo son denegadas, en muchísimos casos injustamente. Tal es el caso de Kushbu y Basanta.
Entonces este proyecto surge conjuntamente con la asociación Exil, donde ellos les dan todo el apoyo psicológico, nosotros le seguimos proporcionando asesoramiento jurídico, y la parte de la que yo soy responsable es el asesoramiento laboral. Ayudamos a reconducir la situación hasta que se pueda regular si se puede su estancia. Damos apoyo en su formación, intentamos que la persona se sienta ocupada y formada y poco a poco pueda ir ganando terreno para insertarse.
Instalación en el barrio Sant Pere de Barcelona.
¿Cómo conocen a Kushbu y Basanta y de qué manera los apoyan?
Nosotros conocemos a Kushbu y a Basanta porque ellos son solicitantes, la gran mayoría son gente que ya les llevamos la solicitud de asilo.
Kushbu pertenece a una casta superior y de una familia que está bien y Basanta pertenece a una familia más pobre y trabajadora y ellos al enamorarse, tienen que irse porque los persiguen.
El ejemplo de Kushbu es muy significativo de cómo trabajamos. Kushbu se formó, hizo prácticas y ahora ya está insertada, todo lo tiene regular. Si ella no hubiera tenido la posibilidad de estar en el piso de acogida y de formarse todo esto no lo podría haber hecho.
En el proyecto integra atiende a personas a las que le han denegado su condición de asilo y habiendo sido víctimas de tortura. No solo entendemos tortura física sino también tortura psicológica. Esta es una característica que tienen que tener las personas para que las ayudemos. Víctimas de tortura ya sea en el país de origen o país de destino, las dos son aprobadas.
Además también pueden ofrecer una pequeña vivienda temporal, para 5 personas, entran a aquellos que son más vulnerables. El apoyo a servicios básicos es muy puntual. Aparte de exil trabajan con muchas más asociaciones, un ejemplo es la Cruz Roja o la Fundación Mescladís.
¿Qué dificultades encuentran a la hora de poder dar apoyo a las personas en esta situación?
Las dificultades que encuentran para apoyar a este colectivo es a nivel administrativo y a nivel laboral. Todo son problemas derivados por el tema de los papeles. Hay gente que no tiene ni pasaporte. El tema de la identificación y el empadronamiento, ni los papeles ni el trabajo, se hace muy difícil ayudarlos e insertarlos por el tema de no tener papeles. A nivel formativo también es complicado, por supuesto.
A parte de lo administrativo, se encuentran otros problemas relacionados con el sentimiento de culpabilidad por estar en situación irregular y además por todo lo pasado a nivel sentimental y emocional. Tienen mucha responsabilidad y les preocupa mucho su futuro y cuesta mucho el compromiso que se liguen que acaben afianzándose que sean puntuales y responsables. La cultura es diferente, es un tema cultural. Tienen que hacer un esfuerzo para elaborar el futuro.
Muchas veces se niegan a formarse porque para consideran que es perder tiempo, necesitan dinero y prefieren trabajar en la economía sumergida aunque sean explotados que no formarse y conseguir un trabajo digno. En esos casos, hasta que no cambian el chip no podemos ayudar correctamente.
A nivel económico no se puede mantenerlos, por tanto es muy comprensible lo que piensan y lo que hacen al respecto. Entonces debemos de conectarnos con otros recursos, comedores sociales, repartimiento de ropa de comida, de puestos residenciales donde los pueden acoger… intentar cubrir las necesidades básicas y trabajar con ellos para encontrar una solución administrativa con los papeles.
También para los solicitantes es muy repetitivo y perjudicial para su autoestima tener que contar la misma historia a diferentes personas para que reciban ayuda. Lo que sí que es importante es que se lo cuenten todo a la abogada y a los psicólogos. Vemos como la parte administrativa que es fría y rígida y difícil y la parte sentimental y psicológica que se intenta ayudar más a las personas para que se integren y se suelten.
El desgaste con el tema formativo es comprensible. Pero se les intenta explicar que para integrarse totalmente deben adquirir esos conocimientos, es necesario que lo haga. Es importante que ellos sepan para que hacen todo lo que hacen, valga la redundancia. Ellos deben pensar y saber que les estamos ayudando pero para ello tienen que formarse.
¿Qué tendría cambiar políticamente y/o socialmente para que estas situaciones no sucedan, o fueran de más fácil resolución?
Socialmente y políticamente deberían cambiar muchas cosas para poder ayudarles. No se gana nada quitándoles el apoyo. Si no se les cubre las necesidades físicas por supervivencia deberán hacer cosas como robar que no están bien, en cambio si se les ayuda sale mucho mejor para todos. A nivel social falta una educación, la cultura del miedo hace que pensemos que vienen de fuera para quitarnos lo nuestro y no es así. Hay que empatizar, antes lo hacíamos aquí, nos íbamos a Alemania, a suiza, y nos recibían. Aquí no lo hacemos bien.
¿Cómo podrían las personas de la sociedad civil apoyar el trabajo de la asociación? ¿y a las personas que se encuentran en la situación de Kushbu y Basanta?
Los voluntarios en integra pueden ayudar en el tema jurídico, informacional de los temas que ocurren en el país por lo que ellos han pasado, en el tema de buscar centros de formación, de empresa. Acompañamiento lingüístico, apoyo en el área jurídica, y por otro lado en la creación de redes en el departamento de incidencias.
Y en general podríamos ayudar todos dando a conocer las entidades que ayudan a estos colectivos, hay personas que no saben que pueden solicitar ayuda. Es importante que estén informados de que existen asociaciones que les ayudan, a veces no lo saben y es importante.
Instalación en el mercado de Hostafrancs de Barcelona.
A ellos les cuesta mucho dar a conocer lo que hacen, faltaría ese trabajo de fondo de ser conscientes que son personas que necesitan asilo, explicar que huyen de una situación complicada y se les están vulnerando los derechos. Si todo el mundo fuera consciente y el mensaje fuere diferente, de que no quitan nada sino que nos pueden aportar mucho. Sería más fácil si hubiera responsabilidad mediática, habría que visibilizar todas las partes del cubo, de la moneda.
Habría que ser conscientes de cómo todos podríamos ayudar a estas personas. Sobre todo es ser consciente de sus situaciones y ayudarles. Conociendo historias tan duras como las que sufren es imposible no ayudar.
Si la ciudad entera pudiera escucharte… ¿qué dirías?
Si tuviera un micro y la escuchara a toda Barcelona les diría que nos andemos con mucho cuidado con los prejuicios que hagamos porque el creerse más que nadie o juzgar una historia o una situación nos puede hacer mucho daño, nunca sabes que te puedes encontrar en un futuro, nos falta humanidad, hoy en día en la sociedad nos falta mucha humanidad.
Emma y Kushbu el día de su boda con Basanta.
Diálogos Invisibles 